Revista de Inclusión Educativa y Diversidad (RIED), 2025, 3(1), 1-12
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Artículo
El ¿Qué? ¿Cuándo? y ¿Cuánto? de la actividad física y su relación con el ren-
dimiento académico
The What? How much? and when? of physical activity and its relationship to aca-
demic achievement
Francisca Retes-Valderrama1*; Aníbal Droguett-Díaz1; Elizabeth Vidal-Orellana1; Esteban Saavedra-Vallejos1
1 Escuela de Pedagogía en Educación Física, Facultad de Educación, Universidad Santo To-
más, Chile.
*Autor de Correspondencia: Esteban Saavedra-Vallejos, e.saavedra.vallejos@gmail.com
Resumen. El objetivo del estudio es describir el qué, cuando y cuanto de la actividad física de
estudiantes escolares de Santiago y analizar su relación con el rendimiento académico. La me-
todología utilizada fue un estudio cuantitativo descriptivo correlacional. El instrumento de re-
colección fue el cuestionario PAQ-C y PAQ-A a 453 estudiantes que aceptaron participar en
la investigación. Además, se les preguntó sobre su promedio general de notas del semestre
anterior para medir su rendimiento académico. Los resultados obtenidos respecto al nivel de
actividad física de los estudiantes se correlacionan positiva y significativamente con las cali-
ficaciones que obtienen, es decir, a mayor nivel de actividad física, mayor será su rendimiento
académico y viceversa. Se encontró también que las mujeres obtienen mejor rendimiento aca-
démico y un mayor nivel de actividad física total. En conclusión, nuestra principal contribu-
ción al conocimiento es que las estudiantes mujeres escolares de Santiago tienen un nivel de
actividad física mayor que los hombres, evidencia de una discrepancia teórica que abre las
puertas a investigar una hipotética reversión de tendencia histórica que sitúa a los hombres con
un nivel de actividad física mayor que las mujeres en todas las edades.
Palabras clave: Actividad física, rendimiento académico, cognición, salud física
Abstract. The aim of the study was to describe what, when and how much physical activity
of school students in Santiago and to analyse its relationship with academic performance. The
methodology used was a quantitative descriptive correlational study. The collection instrument
was the PAQ-C and PAQ-A questionnaire to 453 students who agreed to participate in the
research. In addition, they were asked about their overall grade point average of the previous
semester to measure their academic performance. The results obtained regarding the students'
level of physical activity correlated positively and significantly with the grades they obtained,
i.e., the higher the level of physical activity, the higher their academic performance and vice
versa. It was also found that females obtain better academic performance and a higher level of
total physical activity. In conclusion, our main contribution to knowledge is that female school
students in Santiago have a higher level of physical activity than males, evidence of a
theoretical discrepancy that opens the door to investigate a hypothetical reversal of the
historical trend that places males with a higher level of physical activity than females at all
ages.
Keywords. Physical activity, academic performance, cognition, physical health.
1. Introducción
La actividad física es comprendida como cualquier movimiento corporal producido por
los músculos esqueléticos que requiera un gasto de energía (WHO, 2024). Comenzamos
mencionando su definición, puesto que, como señala la Organización Mundial de la Salud
(OMS), la actividad física, tanto moderada como intensa, tiene efectos positivos sobre la salud,
ayudando a prevenir enfermedades no transmisibles (ENT) como cardiopatías, diabetes y
obesidad. Además, contribuye a mejorar la salud mental y promueve la socialización en
personas que mantienen niveles adecuados de actividad física (Torres et al., 2020). Por ello,
CITACIÓN
Retes-Valderrama, F., Droguett-
Díaz, A., Vidal-Orellana1, E. &
Saavedra-Vallejos, E. (2025). El
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actividad física y su relación con el
rendimiento académico. Revista de
Inclusión Educativa y Diversidad
(RIED), 3(1), 1-12. https://ried.web-
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cle/view/art40
INFORMACIÓN DEL AR-
TÍCULO
Recibido: 14 de Octubre, 2025
Aceptado: 07 de Junio, 2025
Publicado: 17 de Junio, 2025
DERECHOS DE AUTOR
Los autores conservan sus derechos
de autor. La Revista de Inclusión
Educativa y Diversidad (RIED) pu-
blica los trabajos bajo la licencia
Creative Commons Attribution (CC
BY-NC 4.0).
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la literatura sugiere que incorporar actividades físicas en contextos sedentarios puede generar
mejoras significativas en indicadores de salud, como la reducción de marcadores inflamatorios
y la mejora de la salud cardiovascular (Reis et al., 2024). Además, los beneficios de la actividad
física no se limitan a la salud física, sino que también contribuyen al bienestar psicológico y
emocional, especialmente cuando se realiza en contacto con la naturaleza (Oswald et al., 2020).
A pesar de estos beneficios, diversos estudios indican que los niveles de actividad física
entre niños y adolescentes son preocupantemente bajos (Andrades-Ramírez et al., 2024; Ávila
et al., 2021; Mijarra-Murillo et al., 2024). Ejemplo de ello son los estudios de Andrades-
Ramírez et al. (2024) en donde se constata que una proporción significativa de adolescentes
presenta niveles de actividad física tipificada como inactivos.
Por su parte, Mijarra-Murillo et al. (2024) evidencian causas de la inactividad física.
Entre ellas, detectan que los adolescentes pasan una parte considerable de su tiempo en
actividades como: ver televisión o usar redes sociales, en lugar de realizar actividad física. Esta
tendencia preocupa no solo a los expertos en salud, sino que también a los expertos en
educación puesto que la inactividad física se asocia a un rendimiento académico deficiente
(Ávila Manríquez et al., 2021).
Con respecto al efecto en el rendimiento académico, la segunda variable que proponemos
estudiar es comprendida como el nivel de éxito que un estudiante alcanza en su entorno escolar,
reflejado en buenos resultados (Steare et al., 2024). Como contexto, los estudios sobre el
rendimiento académico han demostrado que el entorno familiar y la participación de los padres
tienen un impacto significativo en el rendimiento académico de los estudiantes (Gu et al.,
2024). De igual forma, se ha evidenciado que el desarrollo simultáneo de la cognición y el
bienestar físico puede tener efectos positivos en el rendimiento escolar, especialmente en los
niveles educativos primarios (Sun et al., 2024). En línea con lo mencionado, estudios
demuestran que la actividad física tiene un impacto positivo en el rendimiento académico, al
mejorar habilidades cognitivas clave como la memoria, la concentración y la capacidad de
resolución de problemas (Doherty & Forés, 2020).
La relación entre la actividad física y el rendimiento académico ha sido objeto de
múltiples estudios en los últimos años, con resultados que destacan una asociación significativa
entre ambos factores. En este sentido, Ávila et al. (2021) encontraron que los estudiantes con
niveles más altos de actividad física tienden a obtener mejores resultados académicos.
Asimismo, Galicia Rodríguez et al. (2022) explican que los estudiantes que integran hábitos
saludables, como la práctica de ejercicio físico de forma regular (tres a cinco veces por semana)
y evitan el consumo de sustancias nocivas, presentan mejores resultados académicos, mientras
que aquellos que poseen hábitos poco saludables como la inactividad física y una mala
alimentación, manifiestan un rendimiento deficiente.
Por su parte, Luque-Illanes et al. (2021) consolidan la evidencia científica sobre el
impacto positivo de la actividad física en el rendimiento académico desde la sugerencia: la
promoción de la actividad física en el entorno escolar puede mejorar significativamente el
desempeño académico de los estudiantes españoles. Sin embargo, los efectos específicos de la
actividad física en distintas áreas del rendimiento académico pueden variar. Así lo señala Ruiz-
Ariza et al. (2016), quienes observaron que, en las mujeres, el disfrute de la actividad física
vigorosa está relacionado con mejores calificaciones en Matemáticas y Lengua, mientras que,
en los hombres, la relación es menos directa; aquellos que valoran más la actividad física
tienden a obtener calificaciones más bajas en estas materias. En esta línea Lima et al. (2019)
comprueba la relación entre mayores niveles de actividad física en varones y un mejor
rendimiento en Matemáticas, aunque no se observa este mismo efecto en otras materias como
Biología o inglés.
Un estudio experimental realizado por Mavilidi et al. (2020) comprueba que las pausas
activas con actividades físicas en el aula mejoraron los puntajes de aprendizaje, lo que sugiere
que las intervenciones físicas durante el día escolar pueden aumentar el rendimiento
académico. En la misma línea, el estudio 'School in Motion' realizado en Noruega por Jeppesen
et al. (2024) mostró que diferentes intervenciones físicas en el ámbito escolar mejoraron
significativamente los resultados en Matemáticas en estudiantes de 14 años, validando la
efectividad de la actividad física en la mejora del rendimiento académico.
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En cuanto al impacto de las políticas escolares chilenas, Delgado-Floody et al. (2024)
señalan que los centros educativos que promovieron la actividad física durante el año 2018
experimentaron mejoras significativas en el rendimiento académico en comparación con
aquellos que no lo hicieron, relevando la importancia de las iniciativas institucionales para
fomentar la actividad física. Asimismo, la actividad física intensa también ha mostrado
beneficios en diversas cohortes y grupos demográficos. Así lo demuestran Zhang et al., (2024)
quienes identificaron una correlación positiva entre la práctica diaria de actividad física
vigorosa y un mayor rendimiento académico. En esta línea, Li & Zhang (2022), constatan que
las actividades físicas extracurriculares están vinculadas a mayores logros académicos, al igual
que Li & Lin (2020), quienes agregan que la actividad física de intensidad media o vigorosa
mejora la atención selectiva, lo que se traduce en mejores puntuaciones en Matemáticas y en
los puntajes académicos generales.
Los estudios de Caldas & Reilly (2019); Estrada-Tenorio et al. (2020); Vasilopoulos et
al. (2023); Zarazaga-Peláez et al. (2024), abogan por la incorporación de la actividad física en
el entorno escolar y extracurricular, argumentando que esta no solo mejora el rendimiento
académico directamente, porque también contribuye a factores cognitivos, psicológicos y
sociales que median dicho impacto. Inclusive, en estudiantes con altas capacidades, la
actividad física ha mostrado ser beneficiosa a nivel académico, físico y mental (Infantes-
Paniagua et al., 2023).
En síntesis, la evidencia empírica y los organismos supranacionales señalan la relevancia
de la actividad física en el rendimiento académico y el bienestar. No obstante, sugieren seguir
investigando cómo el tiempo dedicado a la actividad física impacta no solo la salud física y
mental, sino también el desempeño académico de los niños y jóvenes (Caldas & Reilly, 2019;
How School Systems Can Improve Health and Well-Being, 2023; Organización Mundial de
la Salud, 2023). En consideración de las recomendaciones de los antecedentes expuestos, en
este estudio se plantea 3 objetivos de investigación: 1) Describir el ¿Qué? ¿Cuánto? y
¿Cuándo? realizan actividad física los niños y jóvenes de la región Metropolitana de Chile; 2)
Analizar la relación entre el nivel de actividad física y el rendimiento académico de los
estudiantes; y 3) Comprobar las diferencias entre diferentes segmentos en el rendimiento
académico de los estudiantes según su nivel de actividad física.
2. Método
Diseño del estudio
El presente estudio adopta un diseño cuantitativo descriptivo, comparativo y
correlacional. Este enfoque permite evaluar las diferencias y relaciones para comprobar las
hipótesis planteadas (Hernández et al., 2014) entre las dos variables clave de nuestra
investigación: Rendimiento Académico y Actividad física.
Participantes
La muestra está compuesta por un total de N=453 (tabla 1) estudiantes escolares de las
comunas de Las Condes, Ñuñoa y Rancagua de Chile. Los participantes de la investigación
tienen una edad promedio de 12,94 ± 2,97 años y provienen de escuelas municipales y
particulares subvencionadas. La selección de la muestra fue intencionada por motivos de
factibilidad, específicamente, por permisos otorgados por los establecimientos. Se aplicaron
los instrumentos de evaluación en las instituciones que decidieron participar voluntariamente
en la investigación.
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Tabla 1.
Descriptivos de la muestra
Mujeres
Hombres
Total
N
308
145
453
Activos*
199
114
313
Inactivos*
109
31
140
Horas de pantalla diarias
Total
8 (4,66)
7,83 (7,86)
Redes sociales
3,21 (2,43)
3,01 (2,23)
Estudio
1,54 (1,44)
1,62 (1,43)
Video juegos
1,57 (1,72)
2,14 (2,57)
TV
1,7 (1,60)
1,26 (1,37)
Fuente: Elaboración propia. Nota: *Según criterios WHO (2023); número entre paréntesis
simboliza la desviación estándar
Instrumentos
Para la recolección de datos, se utilizaron las escalas Physical Activity Questionnaire for
Adolescents (PAQ-A) y la Physical Activity Questionnaire for Children (PAQ-C) en su
versión validada con población chilena en Faúndez et al. (2024). La Escala PAQ-A se utiliza
para adolescentes y PAQ-C para niños. Esta permite “medir los niveles de actividad física en
los últimos 7 días que presentan los estudiantes” (Faúndez et al., 2024, p.56). Además, se
incluyeron preguntas que nos permitieron recopilar información sobre la edad, sexo y
promedio de calificaciones finales del primer semestre de 2024. Esta escala es válida para
nuestra investigación al presentar una Alpha de Cronbach = 0,86.
Análisis estadístico
Los datos fueron procesados con el software estadístico SPSS v29. Se calcularon
estadísticas descriptivas, presentando las medias y las desviaciones estándar de las variables
de estudio. La normalidad se calculó con la prueba de Kolmogórov-Smirnov p < 0,05. Este
resultado nos indica que los datos no siguen una distribución normal. En consecuencia, se
realizaron los cálculos con pruebas no paramétrica U de Mann-Whitney para calcular las
diferencias entre dos muestras independientes y la H de Kruskal-Wallis para comparar las
diferencias entre los cuatro grupos que fueron segmentados por cuartiles. Como variable
dependiente se consideró el rendimiento académico y como independiente el nivel de actividad
física.
Consideraciones éticas
La investigación se llevó a cabo respetando principios éticos alineados con las normativas
internacionales y nacionales (Winkler & Letelier, 2014). Primero, se obtuvo la autorización de
los equipos directivos de las instituciones educativas participantes, incluyendo al director o
directora y al jefe o jefa de la Unidad Técnico-Pedagógica de cada establecimiento. Dado que
los participantes eran menores de edad, con una edad promedio de 12,94 ± 2,97 años, se solicitó
el asentimiento informado de los estudiantes y el consentimiento informado de sus padres o
tutores legales, quienes fueron informados sobre los objetivos, procedimientos, beneficios y
ausencia de riesgos del estudio. Se respetaron los derechos de los participantes, asegurando el
principio de no maleficencia, mediante la implementación de encuestas no invasivas y
voluntarias. Para proteger la confidencialidad y el anonimato, las encuestas se diseñaron sin
incluir datos personales identificables, y la información recolectada se almacenó de forma
segura, accesible únicamente al equipo investigador.
3. Resultados
Los resultados del cálculo descriptivo de la muestra N=453 nos señalan que: 308 son
mujeres y 145 hombres, con una edad promedio de 12,94 ± 2,97 años. La media de nivel de
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actividad física es de 2,51 ± 0,79; el 69,1% es inactivo, mientras que, el 30,9% es activo. Por
su parte, la media de rendimiento académico es de 6,14 ± 0,67.
Las actividades y/o deportes que más realizan los estudiantes por semana, en sus tiempos
libres son: caminar (M= 2,87 ± 1,65); correr (M= 2,71 ± 1,53); voleibol (M= 2,07 ± 1,44);
bailar (M= 1,99 ± 1,42); pillado/mancha/tiña/pilla pilla/ tú la llevas (M= 1,91 ± 1,36). Por su
parte, las actividades físicas que menos realizan son: bádminton (M= 1,10 ± 0,54); esquiar
(M= 1,12 ± 0,52); y handbol (M= 1,17 ± 0,62).
Los datos sobre la pregunta “En los últimos 7 días, durante las clases de educación física,
¿cuántas veces estuviste muy activo durante las clases: jugando intensamente, corriendo,
saltando, ¿haciendo lanzamientos?” son graficados en la figura 1.
Figura 1.
Intensidad de la actividad física en clases de Educación Física
Fuente. Elaboración propia.
En cuanto a la hora en que los estudiantes realizan actividad física, observamos que
existen diferencias entre los activos e inactivos. Específicamente, los estudiantes activos
realizan actividad física mayoritariamente en las tardes, en el rango horario de las 14:00 a
18:00 hrs. (tarde=4,12; tarde/noche= 3,9), mientras que los inactivos realizan actividad física
en la tarde/noche, en el rango horario de las 18:00 a 22:00 hrs. (tarde= 2,19; tarde/noche=
2,58).
Con respecto a la frecuencia de realización de actividad física semanal (Figura 2), los
resultados señalan que el 43% realiza 2 o menos veces a la semana de intensidad media o alta;
mientras que el 28% declara realizar 5 o más veces a la semana actividad física de intensidad
media o alta. Asimismo, al consultar por la frecuencia de la realización de actividad física en
la semana, se observa que los días con mayor frecuencia de actividad física son los sábados
(M=2,98 ± 1,31) y los miércoles (M=2,76 ± 1,34). Por otra parte, los días de menos actividad
física son los domingos (M=2,57 ± 1,29) y lunes (M=2,60 ± 1,28).
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Figura 2.
Frecuencia semanal de actividad física
Fuente. Elaboración propia.
Comparaciones entre sexos
Al analizar las diferencias entre hombres y mujeres en las variables de estudio (Tabla 2),
encontramos las siguientes diferencias:
a) Rendimiento académico: las mujeres (M=6,22 ± 0,71) tienen un rendimiento
académico superior a los hombres (M= 5,95 ± 0,54) (U de Mann-Whitney =
14130,50; p < 0,01).
b) Nivel de actividad física: las mujeres (M= 2,58 ± 0,79) tienen un nivel de actividad
física superior al de los hombres (M=2,38 ± 0,76) (U de Mann-Whitney = 18421,50;
p < 0,01).
Tabla 2.
Diferencias entre sexos en rendimiento académico y nivel de actividad física
Rendimiento académico
Nivel de actividad Física
U de Mann-Whitney
14130,50
18421,50
Z
-5,16
-3,01
Significancia
0,00
0,00
Fuente. Elaboración propia.
Comparación entre grupos: activos e inactivos
En la variable rendimiento académico (Tabla 3), se comprueba que existen diferencias
significativas entre el grupo activo (M=6,36 ± 0,45) e inactivo (M=6,03 ± 0,72) (U de Mann
Whitney=14698; p < 0,01). Los estudiantes activos tienen un rendimiento académico 0,33
puntos mayor que los inactivos.
Tabla 3.
Diferencias entre activos e inactivos en el rendimiento académico
Rendimiento académico
U de Mann-Whitney
14698,00
Z
-4,81
Significancia
0,00
Fuente. Elaboración propia.
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Comparación entre grupos segmentados por cuartil según rendimiento académico
En este apartado comprobamos las diferencias en el nivel de actividad física según su
rendimiento académico (tabla 3). Para ello, nuestra muestra se ha segmentado en cuartiles.
Estos son los grupos:
a) Grupo 1 = 0 – 58
b) Grupo 2 = 59 – 62
c) Grupo 3 = 63 – 66
d) Grupo 3 = 67 -70
Al hacer comparaciones entre grupos, encontramos que hay diferencias significativas
entre ellos al analizar la variable de actividad física (H de Kruskal-Wallis= 30,2; p < 0,01).
Tras realizar las pruebas post-hoc de Kruskal-Wallis encontramos que las diferencias se
presentan entre los grupos expuestos en la tabla 5. Las principales diferencias señalan que los
estudiantes con menor rendimiento académico (nota promedio final < 5,8) tiene un nivel de
actividad física (M= 2,25 ± 0,68) significativamente menor que los estudiantes con notas entre
5,9-6,2 (M= 2,58 ± 0,76); 6,3-6,6 (2,59 ± 0,82); y, > 6,7 (2,70 ± 0,77). Estos datos son
congruentes con los resultados de correlación bivariada de Pearson (r=0.22; p<0,01) lo que
permite sostener que el nivel de actividad física de un estudiante se correlaciona positiva y
significativamente con las calificaciones que obtiene. Dicho de otro modo, a mayor nivel de
actividad física, mayor será su rendimiento académico y viceversa.
Tabla 4.
Descriptivos según rendimiento académico
Rendimiento académico
M
DE
Rendimiento académico
< 5,8
5,35
0,66
5,9 -6,2
6,05
0,10
6,3-6,6
6,45
0,11
> 6,7
6,82
0,09
Nivel de Actividad Física
< 5,8
2,25
0,68
5,9 -6,2
2,58
0,76
6,3-6,6
2,59
0,82
> 6,7
2,70
0,77
Fuente: Elaboración propia.
Tabla 5.
Prueba post-hoc de Kruskal-Wallis
Grupos
Sig.
< 5,8
5,9 -6,2
0,009*
6,3-6,6
0,004*
> 6,7
0,000*
5,9 -6,2
6,3-6,6
1,000
> 6,7
1,000
6,3-6,6
> 6,7
1,000
Fuente. Elaboración propia.
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4. Discusión
Los resultados obtenidos en este estudio revelan una serie de hallazgos sobre la relación
entre el rendimiento académico y el nivel de actividad física. En primer lugar, se observa que
la media de nivel de actividad física es de 2,51; el 69,1% de nuestra muestra es inactivo y el
30,9% es activo, lo que se asocia a las investigaciones realizadas por Andrades-Ramírez et al.
(2024) quienes encontraron que la puntuación para adolescentes de la comuna de Concepción,
en la misma prueba fue de 2,53 puntos. Asimismo, Nematdoust-Haghi et al. (2023) encontró
que la puntuación para niños y niñas fue de 2,62 y 2,53 puntos respectivamente. Colella et al
(2023) y Di Martino et al. (2024) por su parte, destacan a los adolescentes como un segmento
inactivo a nivel físico, lo que se condice con lo expuesto. La evidencia de los últimos años,
más nuestros resultados deducen que, las estrategias implementadas para aumentar el nivel de
actividad física al volver a la presencialidad, posterior a la pandemia por COVID-19, no han
tenido un impacto positivo en el nivel de actividad física de los estudiantes (Andrades-Ramírez
et al., 2024).
Nuestros hallazgos muestran que las actividades y/o deportes que más realizan los
estudiantes por semana, en sus tiempos libres son: caminar, correr y voleibol, lo que difiere de
los resultados obtenidos por Herrera et al (2022) y Cesani et al (2023) quienes constatan que
las actividades que más realizan los niños y niñas en Colombia y Argentina respectivamente,
es montar en bicicleta, nadar y donde destacan deportes como el fútbol y el baloncesto o la
ausencia de la realización de estos fuera del ámbito escolar. En relación con el momento del
día en que los niños y adolescentes están más activos, se encontró que los estudiantes activos
realizan más actividad física entre las 14:00 a 18:00 horas, mientras que los inactivos entre las
18:00 y 22:00 horas, dato que coincide con el estudio Woodforde et al. (2024) donde se
encontró que los niños y adolescentes de Australia realizan actividad física en períodos de
tarde y noche.
En nuestros hallazgos se observa que las mujeres superan a los hombres en el nivel de
actividad física, lo que difiere con las investigaciones de Herrera et al. (2023), Nematdoust-
Haghi (2023), Nezondet et al. (2023), Monacis et al (2024) y Gericke et al. (2024) quienes
determinaron que las mujeres en Colombia, Irán, Francia, Italia y Sudáfrica respectivamente
suelen realizar menor cantidad de actividad física diaria y semanal a diferencia de los varones.
Además, las mujeres también superan a los hombres en rendimiento académico, una
explicación es lo planteado por Ávila et al (2021) y Vasilopoulos et al. (2023) quienes
constatan que un mayor nivel de actividad física tiene una asociación significativa en el
rendimiento académico.
La mayor diferencia observada en nuestros resultados muestra, que el rendimiento
académico de los estudiantes activos es 0,33 puntos superior a sus pares inactivos. Cabe
mencionar que en Chile la calificación escolar es de 1 a 7, por lo que 0,33 representa una
diferencia significativa en términos estadísticos. Esta situación coincide con los hallazgos de
Herrera et al. (2022), quienes argumentaron que un nivel de actividad física moderada a
intensa, mantenida regularmente, se correlaciona con un mejor rendimiento académico.
Asimismo, Luque-Illanes et al. (2021) comprobaron que para obtener una influencia positiva
en el rendimiento académico es necesario realizar un total 2 a 5 horas de actividad física de
intensidad moderada a la semana.
Otro resultado de nuestra investigación es que los estudiantes con menor rendimiento
académico (nota promedio final < 5,8) presentan un nivel de actividad física significativamente
inferior (M= 2,25 ± 0,68) en comparación con aquellos con calificaciones más altas > 6,7 (2,70
± 0,77). Por lo tanto, el nivel de actividad física de un estudiante se correlaciona positiva y
significativamente con las calificaciones que obtiene el estudiante. Este hallazgo es consistente
con investigaciones que demuestran que los adolescentes que realizan actividad física de
intensidad media a vigorosa tienen un mejor rendimiento académico (Zhang et al., 2024; Li &
Lin, 2020; Caldas y Reilly, 2019; Luque-Illanes et al., 2021).
Limitaciones y proyecciones
Este estudio presenta algunas limitaciones y proyecciones a futuro. En cuanto a las
limitaciones, hubo encuestas con datos perdidos debido a que los estudiantes no completaron
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o lo hicieron de manera parcial, estas encuestas fueron eliminadas. Además, el instrumento fue
una encuesta autoadministrada, lo que podría presentar sesgos debido a la percepción subjetiva
de las respuestas. Entre las proyecciones, se sugiere incorporar estudios longitudinales para
observar tendencias a lo largo del tiempo, considerando además otros factores que influyen en
el rendimiento académico. Es esencial comprender cómo el Decreto 67 afecta este
rendimiento, particularmente en lo que respecta a la subjetividad en la evaluación formativa,
la carga administrativa para los docentes y la posible disminución del esfuerzo académico por
parte de los estudiantes. También sería valioso implementar intervenciones específicas en
escuelas para promover la actividad física y evaluar su impacto en el rendimiento académico.
El uso de tecnologías como acelerómetros mejoraría la precisión en la medición de la actividad
física disminuyendo la subjetividad de la autopercepción y error humano.
5. Conclusión
La actividad física en el contexto escolar tiene un impacto significativo en el rendimiento
académico. Es por ello, que el desarrollo de la actividad física puede influir positivamente en
el desempeño escolar, particularmente en áreas como la concentración, la memoria y la
resolución de problemas. En esta línea, nuestros hallazgos más la evidencia internacional
actual demuestran que los estudiantes físicamente activos presentan un rendimiento académico
superior en comparación con sus compañeros inactivos. Por lo tanto, incluir programas de
actividad física dentro de la rutina escolar o fomentar la participación y la oferta de actividades
extracurriculares puede ser una estrategia efectiva para mejorar tanto la salud física como el
rendimiento académico. Esto resalta la necesidad de adoptar un enfoque integral en la
educación, donde la actividad física se considere un componente esencial del éxito académico
y del bienestar general de los estudiantes. Asimismo, las políticas educativas deben considerar
la promoción de la actividad física no solo como una actividad recreativa, sino como un
componente esencial para el éxito académico. No obstante, nuestra principal contribución al
conocimiento sobre el nivel de actividad física y el rendimiento académico es que las
estudiantes mujeres escolares de Santiago tienen un nivel de actividad física mayor que los
hombres, por lo que presentamos evidencia de una discrepancia teórica que abre las puertas a
investigar una hipotética reversión de tendencia histórica que sitúa a los hombres con un nivel
de actividad física mayor que las mujeres en todas las edades.
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